jueves, 24 de noviembre de 2011

Mamás famosas enfrentan el primer día de clase con sus hijos

La madre o el padre en algún momento debe enfrentarse al primer día de clases de sus hijos, que en algunos casos apenas cuenta con 3 años, en cambio otros prefieren esperar a que cumpla 4 ó 5 años para su ingreso en algún centro infantil de su agradado.

Al respecto El Diario (ED) conversó con algunas mamás famosas como: Paola Belmonte, Karla Revollo y Evelyn Medina, quienes compartieron esta primera experiencia vivida junto a sus hijos.

Paola Belmonte (Zona Pública)

ED.- ¿Cómo fue el primer día de clases de tu hijo?

El trauma fue para los dos, mi hijito tenía dos años y medio más o menos, pese a que era pequeño el no hizo ningún berrinche ni nada, en su primer día de guardería. Sólo me decía mami por qué me dejas y lloraba en silencio. Tenía tantas ganas de llorar, pero no lo hice porque las profesoras me recomendaron, que no era bueno y por el contrario podía afectar en que el niño se sintiera seguro.

La ventaja fue al asistir al Kinder, donde mi hijo encaró sin mayores problemas su primer día de clases, ya estaba acostumbrado a ir a la guardería, pero para mí seguía siendo difícil separarme de él.

Karla Revollo (Presentadora de Noticias)

ED.- ¿Cómo fue el primer día de clase de tu hijo?

La actividad que desempeño en medios de comunicación hizo que mi pequeño asista desde parvulario a un Centro Infantil, una temporada estuvo en Crecer antes de ingresar a un Kinder en la zona de Achumani. No he tenido ningún problema en dejarlo el primer día de clases, porque ya tenía una experiencia previa y porque siempre se ha podido relacionar, con otros niños sin mayores inconvenientes.

Evelyn Medina (Actriz de teatro)

ED.- ¿Cómo fue el primer día de clases de tu hija?

El parvulario en Argentina comienza a los 3 años. El primer día de clases ambas hemos padecido un poco, porque yo era madre primeriza y me costaba un poco desprenderme de ella. He tenido que hacer un trabajo conjunto, porque al principio tenía que quedarme una hora para ver si se habituaba al lugar y luego fue aumentando el tiempo de dejarla. Yo la dejaba no tanto por el tema de mis actividades sino porque quería que se relacione con otros niños y deje de ser un poco huraña. Con mi segunda hija fue más fácil, porque vio que su hermana asistía al kínder con su mochila y guardapolvo y ella también quería ir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario