miércoles, 23 de noviembre de 2011

Me gusta hacer cosas ‘raras’ en la cama

A veces tienes miedo a expresar tus gustos por el rechazo. Vence temores y tabúes y disfruta
plenamente de tu vida sexual

La noche se pinta excitante: tú y tu novio van a tener ese ansiado encuentro amoroso y empiezan a derrochar miel. De pronto, te entran ganas de hacer algo que antes no habías hecho con él, pero no te animas a pedirlo. ¿Qué va a pensar de ti? ¿Creerá que tienes demasiada experiencia? ¿Supondrá que estás loca? Ante la inminente duda, decides callar y continuar con la forma habitual que tienen de hacer el amor. Total, se supone que igual lo vas a disfrutar.

Muchas mujeres hoy en día todavía se sonrojan ante palabras como sexo oral y anal, juguetes sexuales, fantasías eróticas, posiciones y otros términos más. A diferencia de los hombres, que hablan del sexo con una naturalidad que a veces hasta ofende el sentimiento femenino, las féminas han sido víctimas por mucho tiempo de la idea de que la satisfacción masculina es el único motor de la sexualidad humana. “Históricamente, el disfrute del sexo ha sido un asunto para varones, lo que ha hecho permisible socialmente desde la promiscuidad y el adulterio, hasta el socapamiento de violaciones dentro del matrimonio”, comenta la psicóloga Susana Cortez.

“Esto se debe a que la mujer ha recibido el rol de depositaria del ímpetu masculino, donde el significado del sexo cambia para ella, pues implica el ‘deber de la esposa’ y la procreación”.
La idea de que el sexo es sólo para tener descendencia marcó a las mujeres durante siglos. Sin embargo, hoy existe un redescubrimiento del propio cuerpo y de sus necesidades sexuales que permite que sean ellas las que exploren su cuerpo en busca de satisfacción y decidan qué les gusta o no del acto sexual.
“Tras el despertar sexual, cada mujer avanza a su sexualidad plena según cada época de su vida, donde el entorno social, las características etáreas y la pareja determinan sus características rumbo a la plenitud”, explica Cortez.
Por ello, mientras más madura es una mujer y tiene una pareja estable, más confortable se siente con su cuerpo y con las posibilidades de explorarlo. “A diferencia del hombre, la mujer necesita dominar su relación luego para crear códigos específicos que funcionen en pareja”, agrega la especialista.
¿Y qué si se me ocurre algo que no había hecho antes? “Si investigamos el campo de lo sexual, nos daremos cuenta de que es muy poco lo que podemos calificar de “raro”. Lo que pasa es que, como nos movemos con estos temas en límites llenos de tabúes y de intimidades, muchas veces creemos que es muy extraño que sintamos, por ejemplo, excitación cuando nos atan. Lo que pasa es que ignoramos que existe una disciplina sexual, con reglas de seguridad, llamada bondage”, comenta la psicóloga.

Por ello, si sientes ganas de experimentar algo nuevo, es muy importante que te informes al respecto. “A veces, estos nuevos gustos surgen de una situación anecdótica en pareja, pero sin duda puede explorarse mucho más y abrir un nuevo espectro en el disfrute sexual”, agrega Cortez.

Puede tratarse también de fantasías que no necesariamente deben pasar a la realidad. Por ejemplo, el hecho de fantasear con un jardinero imaginario y musculoso que entra a la casa y con el que tienes una aventura en el mesón de la cocina tendrá demasiados “peros” como para que trates de hacerlo realidad, partiendo del hecho de que eres fiel a tu pareja o que el mesón es frío e incómodo, aparte de que no volverías a cocinar sobre él.

“Toda práctica, por extraña que parezca, es bienvenida cuando implica el consentimiento de ambas partes y cuando no signifique un grave riesgo o daños físicos o morales a nadie”, aconseja la psicóloga. Con esta consigna, por mucho “deber de esposa” que tengas, tampoco debes aceptar prácticas con las que no estás de acuerdo. “El sexo oral o anal, por ejemplo, es desagradable para muchas mujeres. Nosotras tenemos potestad sobre nuestro cuerpo y debemos decidir cuándo y qué queremos”.

Antes de los 20 años
El sexo es una exploración que no se relaciona necesariamente con el amor, siendo la sexualidad más erotizada y genital. Es una fase de aprendizaje y curiosidad, donde domina la experimentación.

Entre 20 y 30 años
Se está en la búsqueda de una pareja estable y hay más conciencia de las enfermedades de transmisión sexual y el embarazo. Se tiene mucho más claro lo que a una le gusta o no, antes, durante y después del coito.
Los 40 años

A esta edad la mujer alcanza su clímax de goce sexual, pues conoce bien su cuerpo y gustos; además de estar en forma y con el suficiente dinero como para decidir sin restricciones. Por otro lado, los niños ya no requieren de mucha atención.

Más de 50 años
A raíz de la menopausia y de los hijos adultos, se vive un nuevo despertar sexual. Esta vez es distinto: ya conocen el sexo, saben lo bueno y lo malo y, si vencen el miedo de la edad, lo aprovecharán al máximo.

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