martes, 11 de abril de 2017

Una historia de amor original

Como no podía ser diferente en el mundo actual que nos encontramos inmersos, donde las redes sociales son testigos y se convierten en “vitrinas” de actividades familiares e interpersonales, el video de un joven cochabambino que organizó un baile sorpresa a su novia para pedirle matrimonio, llamó tanto la atención, que en pocas horas se viralizó, llegando a casi 30 mil reproducciones.

Muchos de los que vieron los casi ocho minutos del video, se habrán emocionado y admirado por la forma tan original que eligió Eduardo Galetovic Schoengut para demostrar su amor por Allyson Encinas Pattzy.

El 31 de julio de 2016, esta joven pareja decidió que quería vivir junta el resto de sus vidas y comenzó a organizar su matrimonio.

Después de ocho meses, por fin, llegó el día. En una emotiva ceremonia civil, ambos intercambiaron sus votos, ante la mirada de sus familiares y amigos más cercanos, quienes compartieron ese día tan especial para Eduardo y Allyson, quienes muestran su amor y su felicidad, sin máscaras ni temor al qué dirán.

Jugada del destino



Sentados uno al lado del otro, intercambian miradas de rato en rato, como para calmar el nerviosismo mutuo que se refleja en las sonrisas cómplices de ambos.

Eduardo y Allyson aceptaron contar su historia de amor, sin complejos ni secretos.

“Eres una ‘wawa perdechi’ (en alusión a

que ella es tres años mayor que él)”, dice

a tiempo de recordar como el destino los puso en un mismo camino.

Ambos estudiaban en el colegio Kanata, Allyson conocía a Eduardo, porque era el hermano menor de su compañera Adriana, por lo que nunca “lo miró con otros ojos”.

Después de egresar en 2006, pasaron ocho años para que su promoción se reúna y festeje el reencuentro. La casa elegida: la de Adriana Galetovic, el asistente inesperado: Eduardo, quien no pudo ignorar la presencia de Allyson. Y como dice él:

“el destino quiso que esa noche estuviera ahí, una noche que cambió mi futuro, porque conocí a la mujer de mi vida”.

La amistad que nació entre ambos, se fue consolidando mes a mes, hasta que el 3 de agosto del 2015 decidieron darle una oportunidad al amor y comenzaron su relación de pareja.

Eduardo estaba seguro que quería casarse con Allyson y eligió la fecha de su primer aniversario como novios para pedirle matrimonio. “Quería que sea especial, algo inolvidable”, dice con una amplia sonrisa que ilumina su rostro, sin duda, está enamorado.

Se puso manos a la obra, buscó ideas en YouTube y lo que más le atrajo fue hacerlo bailando. Contrató a la productora Reflex, quien eligió el elenco de Henry Suárez para acompañar al novio. Eduardo pasó clases de baile para aprender la coreografía de la canción “Andas en mi cabeza”, que Allyson le había dedicado meses antes.

Esa mañana de domingo, las hermanas de Eduardo llevaron de paseo a la joven por la Plaza Principal y la condujeron al pasaje ubicado a lado de la Catedral. Todo estaba preparado, con la complicidad inesperada de las monjitas de las Paulinas que abrieron las rejas de ese pasaje que permanece cerrado ese día y ocultaron a los padres y amigos de Eduardo y Allyson en una habitación hasta que escuchen la señal pactada.

Todo ocurrió tan rápido, el baile, la pedida de mano... una mezcla de emociones y sentimientos de ambos y de todos los presentes, que no pudieron contener las lágrimas y las sonrisas.

Una vez comprometidos, comenzaron a preparar detalle a detalle el día de su boda, querían que sea inolvidable para todos. Y lo lograron, hace un poco más de un mes, ambos intercambiaron sus votos matrimoniales en un hermoso jardín en el centro de eventos Ensueño en Tiquipaya.

Disfrutaron al máximo la compañía de sus invitados y bailaron casi toda la noche.

“Fue un día inolvidable”, recuerda Allyson al comentar que Eduardo lloró de emoción gran parte de la ceremonia.

A pocos minutos de terminar la entrevista, la joven pareja se agarra de las manos y con mucha alegría dice: “Ahora ya no somos dos. Estamos muy emocionados”.

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