martes, 2 de mayo de 2017

¿Por qué me da miedo tener relaciones sexuales?

FOBIAS SEXUALES

Las relaciones sexuales son una experiencia gratificante para la mayoría de los mortales. O al menos lo eran. La sociedad moderna –con sus nuevas formas de relacionarse– trasladó a la cama sus reglas y valores y, en consecuencia, sus miedos, según explican los psicólogos y sexólogos.

Todos coinciden en que la aversión a mantener relaciones sexuales –es decir, el miedo a tener sexo con una pareja estable o esporádica– va a más en el nuevo siglo, ya que antes eran “casos aislados” los que sufrían algún tipo de rechazo, afirman.

Aunque en materia sexológica no hay encuestas fiables, la experiencia profesional a pie de diván permite extrapolar algunas cifras.

Según explican, desde la Asociación Estatal de Profesionales de la Sexología (AEPS) de España, alrededor del 5 por ciento de los pacientes que acude al sexólogo lo hace por una fobia o aversión sexual.

De ellos, los menos son los que tienen fundamentado su miedo en causas objetivas: abusos sexuales previos, malas experiencias o disfunciones sexuales que acaban provocando el rechazo. El resto de pacientes que acuden a la consulta desarrollaron una fobia sexual basada en el temor a no estar a la altura en su respuesta.

“El miedo aumenta porque ahora se habla más de sexo y se compara más. Se tienen relaciones más promiscuas y con más parejas sexuales”, explica la psicóloga y experta en sexología Carmen Bermejo Romero.

“El valor de la competitividad se tras-lada al terreno sexual”, añade. Una

opinión que comparte el también psicólogo y sexólogo Fernando Huerta Moreno. “Hoy por hoy hay que ser un as en todo, incluido en la cama”, asegura. “El miedoso sexual es alguien exigente, son personalidades con miedo a no dar la talla y que ven que no tienen entrenamiento en el aspecto sexual”, añade.

“La gente llega a consulta porque la pareja sabe o quiere más porque tuvo otras relaciones sexuales en las que

ha disfrutado más”, cuenta. Ahí empiezan los miedos.

COMPLEJOS DE TODO TIPO

¿Esta aversión... la sufren mujeres y hombres por igual? “El miedo se manifiesta más en mujeres que en hombres, pero ellos también lo padecen”, apunta Bermejo, que explica que “en ellos se está dando el miedo al compromiso o a las relaciones estables” como desencadenante de la aversión. En las mujeres –continúa la psicóloga– “el miedo puede ser antes de practicarlo, por temor a la incertidumbre que les crea. Hay también miedo al dolor durante la relación y complejos físicos respecto a su cuerpo ante la desnudez”.

“En el miedo social sexual hay complejos de todo tipo. De autoestima, de exceso de exigencia o casos en los que se tuvo una educación sexual muy restrictiva. O, a veces, una combinación de todos ellos”, confirma Huerta.

El miedo al sexo –que puede desarrollarse en una pareja primeriza o en amantes experimentados que tras años de relación cambian de pareja–, puede ser “permanente” o “temporal”, este último en función de circunstancias personales como el estrés, apuntan los expertos. En ambos casos, las fobias pueden tratarse

con terapias variadas.

Por otra parte, conviene no confundir la aversión sexual con un estado de bajo deseo sexual o con una disfunción fisiológica a la hora de mantener un contacto íntimo.

La aversión sexual es fobia al contacto sexual. Se temen o evitan las relaciones. Algunas de estas personas no son capaces de mantener determinadas actividades sexuales, por ejemplo el sexo oral, mientras que otras manifiestan ansiedad ante cualquier situación asociada al sexo: un beso.

El bajo deseo sexual se refiere cuando lo que predomina es la falta de interés en las relaciones, estaríamos ante el caso de falta deseo, pero no de miedo. Por otro lado, la disfunción sexual, son los problemas puntuales en la respuesta sexual humana.

¿CÓMO ACTUAR?

La psicóloga clínica y sexóloga Carmen Bermejo apunta las pautas para enfrentar una aversión o fobia sexual. Se debe:

1. Afrontar el miedo no dejándose bloquear por él ni ceder a la angustia.

2. Evitar la ansiedad ante la idea de no tener un adecuado desempeño en el plano sexual.

3. Potenciar una buena comunicación con la pareja expresando las emociones correctamente y tomándose la relación sexual con tranquilidad.

4. Buscar apoyo profesional cuando la aversión sexual se cronifica, ya que -por lo general- la fobia irá a más convirtiéndose en incapacitante.



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