jueves, 11 de mayo de 2017

Que la culpa no te amargue el placer



Si después de tener relaciones sexuales ocasionales o con tu pareja sientes malestar o remordimiento, detente a reflexionar antes de martirizarte. “Ese sentimiento es culpa, una emoción negativa que suele ser necesaria para la adaptación a las reglas de lo permitido y reconocer lo prohibido en un entorno social”, explica el psicólogo Roberto Peña.

El especialista cita estudios que definen la culpa como una sensación negativa a consecuencia de traspasar las reglas éticas personales o sociales. Bajo ese parámetro, Peña ejemplifica: “Si una mujer siente pesar por tener sexo, creyendo que ha obrado mal, hay una contradicción entre sus creencias y necesidades fisiológicas, y eso traerá malas sensaciones”.

¿Por qué esta contradicción? “En sociedades conservadoras, como la boliviana, se cree que las mujeres son seres asexuados; ellas se llevan la peor parte, ya que les enseñan que el deseo es malo, lo cual no es cierto. Hombres y mujeres tienen necesidades sexuales que satisfacer”, y libertad de elegir sobre su sexualidad.

El terapeuta comenta que ninguna persona —lejos de cuestiones religiosas o morales inculcadas en la infancia, cuando quizá le dijeron que el sexo es ‘malo’ o ‘sucio’— puede vivir en contradicción. Por eso tiene que saber qué quiere y necesita priorizar.

“El diálogo interno es importante, se debe partir de reconocer que hay una creencia y también una necesidad o impulso natural. La idea es llegar a un balance para el bienestar sin tormentos. Es decir, si tener sexo de una noche conflictúa, no lo hagas, busca una pareja para estar en armonía con lo que crees correcto”.

La psicóloga Carmela de la Torre explica que cuando la culpa no cumple su función adaptativa, puede tornarse un látigo flagelador. “Quienes no manejan adecuadamente la culpa la tornan una bomba de tiempo en su interior que traerá depresión y contradicción en sus actos”.

Ambos especialistas explican que la pregunta clave en estos momentos es qué específicamente genera culpa durante el acto sexual o después de éste. “Una mujer puede sentirse mal por temores como que se haya expuesto a una enfermedad de transmisión sexual, un embarazo o haber tenido un encuentro con un hombre que la difame, revele su intimidad o esté casado. La clave es identificar el origen de esa angustia para medir su dimensión real”.

Una vez que se determina la intensidad del remordimiento es necesario determinar la gravedad del hecho dentro del sistema de valores. Entonces, se debe resignificar las creencias con honestidad. “Si el detonante de la culpa es que tuviste sexo con una persona casada, no lo vuelvas a hacer. No eres masoquista y sabes que eso te generará pesadumbre”.

La sexóloga Paula Muñoz Reyes coincide y opina que “este tipo de sentimientos pueden trabajarse con el enfoque de los preconceptos y darles una nueva visión”. Entonces sé consecuente contigo misma y valora qué no te hace bien para que un eventual encuentro entre sábanas no termine generándote remordimientos, cuando la idea es disfrutar.

Decisión

Si hay situaciones que te conflictúan no las repitas, así evitas malos ratos.

Predisposición

Es aconsejable buscar sensaciones agradables y no repasar mentalmente el hecho que te atormenta.

Cuidados

Las decisiones de un adulto deben ser bien pensadas para evitar arrepentimientos.

Educación

Para evaporar la culpa es importante aprobar las decisiones que se toman a diario y creer en uno.

Pensamientos

Tu autoestima se golpea cuando te flagelas por decisiones que consideras negativas, desvalorizas lo que tú crees.

Disfrute

El sexo se debe disfrutar con responsabilidad sobre el cuerpo y emociones.

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